Innovación culinaria con raíces tradicionales. Adaly. En el mundo de la gastronomía, hay historias que trascienden más allá de los platos y sabores. Adaly, un restaurante con un nombre que evoca la unión familiar, es uno de esos lugares -donde la tradición y el amor por la cocina- se entrelazan de manera excepcional.
En Adaly, padre e hijo trabajan juntos para brindar una experiencia culinaria única. Mientras Julio Guerrero se encarga de la sala, recibiendo a los comensales con una sonrisa cálida y una atención impecable. Eduardo Guerrero pasó por los fogones de El Bohío en Illescas, hasta decidir emprender su propio negocio donde muestra su talento y pasión en la cocina, creando platos exquisitos que deleitan los paladares más exigentes.
La carta del restaurante no siendo muy extensa, -muestra la diversidad y calidad gastronómica- basada en producto&tradición, incluye menú degustación y entre semana menú ejecutivo. Desde platos tradicionales hasta creaciones contemporáneas, Adaly busca sorprender a sus comensales con sabores únicos y presentaciones innovadoras. Cada ingrediente utilizado es seleccionado cuidadosamente, garantizando frescura y calidad en cada bocado.
Si estás buscando un lugar donde la tradición se mezcla con la innovación, donde la comida es más que solo un plato, Adaly es el lugar perfecto para ti. Ven y descubre la magia que se crea cuando la familia se une en la cocina y en la sala, creando momentos gastronómicos que perdurarán en tu memoria.
Comenzamos con un aperitivo de bienvenida, una espuma muy acertada para esta época del año, de castañas y boletus que culmina con ralladura de coliflor a discreción, se sirve a temperatura templada. Una deliciosa combinación de sabores de otoño e invierno, suaves y sabrosos.
Nos encantan las burbujas y de su esmerada carta de vinos nos decantamos por AT Roca Rosat Reserva 2021. Un espumoso humilde de las variedades Macabeo 60% y Monastrell 40%.
Con notas de fruta roja fresca y cítricos, notas herbáceas y toques de pastelería de la crianza. En boca es goloso, untuoso y muy elegante. La burbuja está muy bien integrada y la acidez está presente en todo momento. Extraordinaria relación calidad precio.
Me llamó la atención su degustación de snacks, todo un «obsequio» de pequeños bocados por 10€:
- Panipuri relleno de pollo al curry
- Crujiente de oreja de cerdo con kimchi y anguila ahumada
- Buñuelo de queso manchego y mermelada de cebolla
- Pan chino relleno de mejillón
Todos están muy ricos, pero el «gordito» -pan chino relleno de mejillón-, es muy molón.
También probamos en formato tapa sus callos y chicharrones, melosos y picosos sin exagerar, elaborados con kimchi y gochujang (salsa picante coreana). Acompañados por un crujiente de chicharrones que nos recuerda al carasau.
No dejó indiferente a nadie este fuera de carta, Lasaña en milhojas rellena de carne de ciervo y cerdo, custodiada por una «espuma de bechamel y una salsa brava».
La carne de ciervo tiene un sabor más intenso y terroso, mientras que la carne de cerdo aporta jugosidad y un sabor más suave, -cuyo resultado se complementan entre sí-.
Dorada a la brasa, regada por un escabeche japonés, a diferencia del escabeche tradicional que utiliza vinagre, este se prepara utilizando ingredientes como Hon Mirin (una salsa de cocina hecha de arroz glutinoso), sake y soja, se acompaña con tirabeques y minimazorcas de maíz. 楽しむ Tanoshimu (buen provecho)
Cordero a la mantequilla negra y cebolletas glaseadas, a baja temperatura durante 19 horas hasta concluir en la sartén con la mantequilla y alcaparras.
La salsa de color más oscuro es el resultado de la reducción de los huesos del cordero y la más clara -un pilpil del jugo del cordero y la mantequilla-. Una forma muy diferente de probar la carne del cordero que nos agrado positivamente.
Recuerdos a la infancia y a la caza, lomo de ciervo con un punto impecable de brasa, demi-glace de carne, crema de calabaza, manzana y falso mojo picón.
Nos entrega un sabor ahumado, jugoso y distintivo, una opción deliciosa para los amantes de la carne de ciervo y una forma de disfrutar de su sabor único. ¡¡Soberbio!!
Llegamos al fin de nuestra experiencia gastronómica, y lo hacemos con la tarta liquida de Santiago, -cremosa y muy golosa sin empachar-, junto a un helado casero de yogur al que añaden una rica miel.
Nos despedimos de esta entrega «tan familiar y tan rica», felicitando al profesional Jonatan Núñez por tus finas atenciones en sala, padre e hijo enhorabuena por «como sois y como lo hacéis», larga vida Adaly.
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