Chico en tamaño, grande en sabor y encanto andaluz. Menudeo

Chico en tamaño, grande en sabor y encanto andaluz. Menudeo. En el corazón del barrio Salamanca aquí en el Cielo de Madrid, se encuentra un pequeño pero encantador restaurante llamado Menudeo, donde dos hermanos gaditanos han creado una verdadera propuesta gastronómica capaz de deleitar a los comensales con sabores auténticos de su tierra natal.

Como muchos de los locales que se encuentran en esta arteria madrileña, -calle de José Ortega y Gasset (semisótanos)– deberás de bajar unas pocas escaleras para encontrar su barra, taburetes y mesas, un espacio ideal para hacer un «Kit Kat», tomarte un respiro y recargar batería, amenizado por una discreta decoración, maderas y lamparas de cáñamo, donde predomina en sus paredes el color verde pastel que encarna naturaleza, evolución y tranquilidad.

Al fondo (a la izquierda), está la sala con capacidad para veintitantos comensales bien separados entre sí. El servicio es profesional y dispuesto a agradar, -nuestras felicitaciones por conseguir un buen team- y que a punto esta de cumplir su primer aniversario de vida.

Mané y Ricardo, los hermanos Romero llevan más de cuatro años camelando al respetable. Si te digo que tortillas de patatas ricas hay muchas…, -y que ellos elaboran una de las más top de la capital-, posiblemente si eres un buen disfrutón, te habrá venido a la cabeza el nombre de su primer restaurante <<Colósimo>>, ubicado en el número 67 de la misma calle, uno enfrente al otro, vasos comunicantes para evolucionar con su oferta gastronómica, ¡¡que bien tirado chicos!!, es lo que tiene ser «BRO», si no lo tienes tú, lo tengo yo, ¡¡pisha!!

Y como no podría ser de otra manera, iniciamos nuestra -experiencia gastro- con su insigne pincho de tortilla de patatas, sin conservantes ni aditivos, con huevos de gallinas en libertad, una extraordinaria patata agria y cebolla.

Un secretillo, «no se lo cuentes a nadie». Ponen las patatas y la cebolla (al mismo tiempo), en aceite a fuego medio aproximadamente durante 30 minutos.

Rompen las patatas, -hasta conseguir un doradito homogéneo-. Al mismo tiempo, baten los huevos, añaden sal y después las patatas y la cebolla (bien escurridas). Aúnan bien todos los ingredientes y ahora toca cuajarla, durante 30 segundos por cada lado a fuego alto. Posiblemente a ti también te saldrá divinamente deliciosa.

Si no has probado un pincho de tortilla con unas burbujas sabrosas, te lo estás perdiendo. Excelente relación calidad&precio para este cava brut Ondarre Millenium elaborado con uva Viura.

De color amarillo pajizo con reflejos dorados, nos entrega en nariz aromas frutas y de levadura. En boca resulta vivo y fresco, de burbuja fina y corona persistente.

Berenjena asada con boquerones curados en agua de tomate y vinagre de jerez, un delicioso mar&tierra para compartir, una propuesta dosificada de forma espontánea.

Primero te entrega el ahumado y el sabor a brasa a través de la verdura, y lo hace con diferentes texturas, -su propia carne al fondo y encima una ligera y rica crema-. Segundos más tarde… te llegará la personalidad del boquerón, con el que te acompañará hasta el final del camino en boca. Una composición que funciona espléndidamente bien.

Entre embutidos y salazones «hechos en casa». Comenzamos por unos soberbios chicharrones de Chiclana, panceta de cerdo aderezada con orégano, tomillo y ajo, frita en su propia manteca y adobada en pimentón. Nunca una panceta loncheada finamente ha dado tanto al paladar, un bocado de dioses con ese punto cítrico, salino, divino.

Continuamos con la presa ibérica curada con la grasa de jamón concediendo una elegante y delicada mordida. Llegamos a puerto con la mojama de atún y almendras fritas. Y buen aceite de oliva virgen extra a discreción.

Mira que me gusta la ensaladilla y si incorporan a esta receta unas ricas gambas ya es mi perdición, -con sus ingredientes clásicos bien migados-, concluyen con huevo cocido picado tras extender una cobertura de suave «mayonesa con guasa», le ponen manzanilla de Sanlúcar. ¡¡Ahí es nada!!

Se suele decir que un «restaurante que se precie», debe disponer de unas buenas croquetas. Este pequeño bocado es un perfecto reclamo y un buen comienzo para seguir probando otras propuestas de su carta, idóneo para compartir. 

Probamos las croquetas de cecina, en formato «redondas» extraordinariamente cremosas, de textura semilíquida y cobertura extra fina, te puedes comer media docena sin darte ninguna cuenta, ¡¡aquí hay croquetas buenas!! 

Langostinos al ajillo y su salsa secreta, a la que anexionan zumo de naranja, cayena, pimentón de la Vera y toda la esencia de las cabezas de este rayadito marisco.

Nunca los había probado de esta forma, -uno siempre se va al ajillo tradicional- entrenado con su hermana menor, la gamba. La verdad que no te dejará indiferente, un poquito más de pan por favor.

El escabeche es una de las formas tradicionales de preparar el pescado, y cada día que pasa, se suman más adictos a esta «técnica culinaria» que además de alargar el tiempo para su consumo, le otorga matices de gran sabor y aromas que dejan en cada bocado una sensación sabrosa e increíble.

Este agraciado bonito en escabeche es una prueba irrefutable, -junto a sus verduritas y las caricias de la manzanilla-, es mejor que no te lo cuente, «hay que probarlo», por cierto, si lo vas a pedir hazlo rápido, tiene alta demanda.

No podíamos despedirnos sin probar uno de sus postres. Flan, dulce sin empalagar, de estructura mantecosa, un clasicazo de toda la vida correctamente ejecutado, ¿nos consentimos?

Mané y Ricardo, enhorabuena y muchas gracias por venir, seguid explorando los sabores y aromas de vuestra maravillosa región y -no dejéis de sorprendernos con la cocina de allí y de aquí-. 

Restaurante Menudeo: https://www.instagram.com/menudeorestaurante/