Nos vamos a la Playa, Oh, oh oh oh

Nos vamos a la Playa Oh,oh oh oh, allí también pondremos las manos en la mesa sobre mantel de papel.

Me encanta los lugares donde hacen que te encuentres como en casa, un negocio familiar, Antonio el padre de Rubén pasó el testigo hace unos años a su hijo, quién pilota este establecimiento en la misma Playa de Almuñecar a tan solo 8o km de la capital Granadina, también llamada Costa Tropical debido a su clima mediterráneo Subtropical.

Trabajan el producto fresco del día, verduras, pescados, carnes, todo principalmente obtenido en la zona. Se trata de un merendero de los de siempre, con techo de uralita y el piso de graba, todo muy acorde para cuando te encuentras en posición descanso vacacional, donde no te quitas las chanclas y el bañador desde que llegas.

Aquí encontraras una extraordinaria parrilla donde salen platos y platos, aún en los días de más bulla. Las carnes son selectas y el pescado no puede ser más fresco, no dudaran en presentarte las piezas capturadas en la madrugada. Es cierto que en muchos de estos establecimientos abusan de la vida de los aceites, en este merendero artesanal lo cuidan y utilizan uno de buena calidad, de ello disfrutan sus frituras de pescado, chopitos, cazón en adobo, boquerones fritos, el choco o sepia plancha o con un fino rebozado tipo romana, bueno todo está increíble, si pasarás por allí no puedes dejar de pedir las berenjenas con miel de caña, te puedes morir. En esta zona, las frutas crecen, crecen y crecen, los aguacates, chirimoyos, mangos, tienen un sabor especial.

Este chiringuito tiene por nombre Merendero Deportivo, si vas a Almuñecar o alrededores merece la pena visitarlo, ideal para ir en pareja, amigos o en familia, el equilibrio de la calidad con el precio te alegrará aún más la experiencia, productos de la zona en vivo y en directo, sin trampa ni cartón, como dicen por allí, eee lo que eee!!

Volveré cada vez que pueda sin dudarlo, hay muchas maneras de tener una buena experiencia gastronómica, también en un merendero, sin pretensiones extraordinarias, el producto habla.